Normalmente, asociamos  la caza y los perros a la actividad regulada de utilizar perros durante las monterías. No se identifica como una actividad peligrosa para la fauna ni para los intereses humanos.

Pocas veces se pone al  descubierto la problemática de los perros en la naturaleza. Un aspecto poco conocido por estar muy poco estudiado y apenas haber trabajos de campo de seguimiento de este tipo de animales. La consideración de que en la Península Ibérica apenas hay híbridos de lobo sobre los que  recaigan las responsabilidades de ataques a la ganadería, ha hecho  que  la actividad de los perros normales, indocumentados,  abandonados, o simplemente descontrolados pasase totalmente desapercibida para estudiosos y técnicos.

Sin embargo, para el FAPAS, y ya desde hace años,  la abundante obtención de información gráfica sobre perros en la naturaleza  ha tenido una gran importancia, sin que lamentablemente se pudiera incidir  sobre esta problemática en Administraciones regionales o locales.

Los ataques de perros a fauna salvaje y ganado doméstico es uno de los aspectos  más singulares en los que hay que trabajar para  clarificar las circunstancias en las que muere mucho ganado doméstico, a la vez que para rectificar una consideración social de que el lobo es  el único causante de todos los males que achacan  a la mortandad de ganado o de fauna silvestre.

Con las últimas nevadas y   llevando a cabo uno de los recorridos de  campo, pudimos descubrir la lamentable escena en plena naturaleza de un perro dando muerte a un jabalí, atento  a que otro depredador, el zorro no  aprovechara su presa. La grabación  hecha a gran distancia no posee la calidad técnica deseable, pero  creemos que es todo un documento demostrativo de lo que sucede en la naturaleza.

Las imágenes, crueles por el sufrimiento del jabalí ante el acoso del perro hablan por sí solas de la capacidad que puede tener un perro para  atacar y dar muerte a  su presa,  y por tanto, la que puede tener con cualquier otro animal doméstico.

Una vez más hay que denunciar esta situación  a la que a ninguna Administración parece interesarle. El culpable ya existe, está identificado y tiene sentencia, el lobo,  y es culpable. Lo demás, poner al descubierto que en realidad  cientos de animales domésticos  muertos  podrían serlo por los perros, no interesa.